viernes, 10 de enero de 2014

UNIÓN: SE SUMÓ DIEGO GARCIA, SE FUE CORREA

 Foto:Mauricio Garín
Mar del Plata no está ajena a estos desbarajustes climáticos. No es común que en esta ciudad la temperatura trepe hasta casi los 40 grados como ocurrió el día anterior al de la llegada de Unión. Ni tampoco que haya una sensación térmica de casi 44 grados y mucho menos que a la noche haya que dormir con ventilador y ni qué pensar en que funcione algún aire acondicionado. Pero es así. El marplatense lo sufre. Tanto que un vendedor de una estación de servicio confesó a este periodista que debió llamar a una ambulancia, el domingo, porque le bajó la presión. Y nos imaginamos que el consumo de bebidas debió estar cerca del récord. Sin dudas.
El profesor Lisanti nos comentaba ayer, mientras esperaba la llegada de Diego García, el flamante refuerzo, que el día que Unión llegó a Mar del Plata fueron con el “Pirata” Czornomaz a ver la cancha de San Lorenzo, por la mañana, con una temperatura que amenazaba con trepar hasta casi los 40 grados, y el mismo canchero les dijo que se queden tranquilos, porque el viento sur iba a refrescar la tarde. Y así fue.
Por eso, la llegada de García a Mar del Plata se produjo en plena siesta pero con una temperatura agradable y apta para ir a la playa pero no a soportar una temperatura de 70 grados en la arena. Fue un día netamente marplatense y no con las características que no abundan por estos lugares y a las que estamos tan acostumbrados los santafesinos.
Diego García tiene 27 años, nació en La Paz y firmó un contrato de un año y medio con Unión. Llega proveniente de San Martín de San Juan, donde jugó en las últimas temporadas. Y apenas arribó a la Feliz habló con El Litoral.
—¿Con ansiedad, Diego?
—Mucha. Además, el hecho de no estar jugando la aumenta. Soy un jugador que me pongo rápidamente bien en la parte física y como el plantel empezó a fines de la semana pasada, creo que no voy a tener inconvenientes en ponerme a punto. Espero hacer una buena pretemporada y rendirle al equipo.
—¿Sos volante o jugaste más como delantero?
—Yo soy delantero, ese es mi puesto real. Pero me han puesto de volante por derecha y el puesto me gustó. Estaré a disposición del técnico y jugaré adónde él me diga. Jugué mucho tiempo de “8”.
—¿Quién te puso de volante?
—Pancho Martínez, cuando jugaba en Quilmes. Luego, cuando pasé a San Martín de San Juan, tanto con Facundo Sava como con Forestello también jugué en ese puesto.
—¿Sos de llegar al gol aún arrancando de atrás?
—Sí claro. Si juego de “8”, tengo las características de un volante ofensivo, razón por la cual tengo que llegar al área de enfrente y si es posible marcar goles. Ojalá pueda dar una mano también en ese rubro.
—¿Qué te incentivó a llegar a Unión?
—Buena institución y un equipo que quiere ascender. Eso fue lo que me sedujo.
—¿Lo conocés a Madelón?
—Sólo de enfrentarlo cuando él era técnico de San Lorenzo.
—¿Qué opinás de este torneo de la Primera B Nacional?
—Que es muy duro, que hay que tener regularidad y que los puntos de local no se pueden escapar y sumar mucho de visitante.
—¿Sabías que Unión no consiguió, precisamente, hacerse fuerte de local?
—De local hay que sumar todos los puntos, hay que ganar siempre. Me tocó jugar este torneo y los equipos verdaderamente protagonistas son los que ganan de local.
—¿En qué club iniciaste tu carrera?
—En Quilmes, pero luego pasé por Independiente Rivadavia de Mendoza, Defensa y Justicia y San Martín de San Juan. Unión es mi quinto club y espero arrancar bien acá.
—¿Algún técnico que te haya marcado?
—De todos se aprende algo. Con algunos me fue mejor que con otros, como por ejemplo con Sava y con Forestello tuve buenos torneos jugando en Primera. Y espero, en este torneo, cumplirle a Leo que confió en mí. Dentro del cuerpo técnico está el “Pirata” Czornomaz a quien conozco porque me tuvo en Quilmes y él también sabe todo lo que puedo rendirle.
El “Gurí” García no tuvo chances de jugar desde la llegada de Azconzábal y recibió la peor de las noticias a fines del año pasado cuando le dijo que no lo iba a tener en cuenta. Su contrato tenía fecha de vencimiento en 2015, pero antes de viajar a La Paz (Entre Ríos), su ciudad natal, Diego García dejó su sentencia: “Sólo voy a cobrar el mes de diciembre de sueldo y apenas consiga club voy a rescindir mi contrato”. Claro que San Martín de San Juan tuvo que abonarle antes una deuda de tres meses.
Y no perdió más tiempo. Enseguida fue recibido por el profesor Lisanti y por el “Pirata” Czornomaz, se alojó en el hotel Iruña y por la tarde ya realizó los primeros movimientos. Hoy, a full y metido de lleno en el trabajo con sus nuevos compañeros. Con toda la ansiedad y la ilusión lógica de alguien que descubre algo nuevo.
El Litoral.

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