sábado, 6 de octubre de 2012

B NACIONAL: GIMNASIA(J) 3 CRUCERO DEL NORTE 1


No es una frase más en el ambiente el fútbol. Tiene fundamentos concretos. “Hacerse fuerte en casa” se pregona siempre porque se sabe que es clave del éxito o mejor dicho, la clave para realizar una buena campaña. Y Gimnasia lo entiende a la perfección.
Desde el retorno de Mario Gómez en la temporada pasada hubo una mejoría notable, que ahora -con un plantel más competitivo- se potenció.
Tal es así que en Jujuy el “lobo” jugó cuatro partidos, empató el primero y ganó los tres restantes. Impecable. En realidad, como debe ser.
Ayer el “golpeado” fue Crucero del Norte, que jamás encontró los argumentos para sacar la cabeza del fondo y de no ser por el travesaño junto a un par de atajadas del arquero Cristián Mazzón hubiese sido goleado sin atenuantes. Igual, el 3 a 1 final marca cómo fue el trámite en el estadio “23 de Agosto”.
También es cierto que salir del vestuario ganando es un handicap importante. Urresti tiró un centro pasado, Páez bajó el balón de cabeza e Ibáñez conectó sin que el balón tocara el piso. El gol fue un alivio, ya que enfrenta estaba un rival que podría haber alcanzado la punta de la B Nacional si triunfaba.
Después el “Monito” Fernández, tras un envío de Ferreyra, estuvo cerca del segundo. Su cabezazo pasó a centímetros.
El conjunto “albiceleste” era más, pero a partir de la expulsión de Ricardone por doble amonestación (primero golpeó a Ibáñez y luego a Fileppi) inclinó la cancha.
No sorprendió entonces el segundo grito luego de una acción brillante, a puro todo toque que arrancó Ferreyra, que incluyó un “caño” de Urresti a Romero y una gran asistencia de Solís a Fernández, quien definió al fondo de las mallas.
Sin embargo, el partido que pintaba para fiesta se complicó en el inicio del complemento. El golero local, Marcos Díaz, calculó mal y Rodríguez puso el descuento.
Fueron minutos de incertidumbre, porque Gimnasia perdió el control de la pelota y jamás pudo hacer notar que tenía un hombre más.
El técnico Mario Gómez se dio cuenta cómo venía la mano y mandó a la cancha al eterno Daniel Ramasco.
Con el “Gato” el equipo recuperó el orden, Solís se adelantó unos metros, algo determinante para consolidarse en la figura de la cancha, y el “lobo” volvió a ser el de antes.
Solís se encargó de sellar la historia con una definición sobre el cuerpo de Mazzón luego de haber corrido 50 metros.
Al final, el dueño de casa pudo ampliar la cifra, pero no se dio.
De todas maneras, Gimnasia retiró aplaudido por su gente y soñando a lo grande.
Eso sí, de nada sirve una victoria así, lejos la mejor producción en este campeonato, si el próximo sábado se pierde en Caballito ante Ferro Carril Oeste.
Y tal como afirma, Gómez siempre es importante sumar.

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