Un bote de humo lanzado desde el público, y que cayó en el área del Celta, obligó a detener el partido de liga en Villarreal cuando discurría el minuto 87 y el marcador era de 0-1 a favor del cuadro vigués, que al reanudar marcó el segundo y definitivo.
La intensa humareda provocó que los jugadores de ambos equipos, el trío arbitral e incluso el público que asistía al partido en El Madrigal abandonaran el terreno de juego y los graderíos.
Finalmente, tras diez minutos de pausa e incertidumbre, y con el estadio prácticamente vacío, el árbitro Fernández Borbalán decidió reanudar el encuentro, que llegó a su final sin más incidencias. En esos minutos finales, Nolito marcó de falta el 0-2 para el Celta.
Terra.
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