El gigantesco reloj digital al pie de la tribuna noroeste que atestigua la permanencia del Hamburgo en los más de 50 años de la primera división del fútbol alemán podría pararse por primera vez al final de la temporada. El «dinosaurio de la Bundesliga», como se conoce al tradicional club del norte, está en camino de perder la etiqueta de único equipo que nunca perdió la categoría.
El conjunto dirigido por el holandés Bert van Marwijk (el seleccionador que dirigió a su país en la final de Sudáfrica contra España) cayó el sábado de modo estrepitoso ante el Hertha berlinés por 3-0, la sexta derrota consecutiva y la tercera por igual resultado. El Hamburgo es penúltimo, con sólo 16 puntos -40 menos que el líder Bayern Múnich- y ostenta el lamentable récord de 47 goles encajados en lo que va de la temporada.
«Por supuesto que es posible», opinó sobre la probabilidad de un descenso cada vez más tangible el mítico futbolista Günter Netzer. «Si los jugadores no despiertan de una vez y son conscientes de su responsabilidad, acabarán en la segunda división», pronosticó. Netzer fue director deportivo del Hamburgo de 1978 a 1986, el periodo de mayor éxito en la historia de la institución, en el que ganó tres títulos de Liga y la Copa Europea en 1983.
«Todos somos conscientes de la situación. No tenemos excusas», admitió el veterano portero René Adler tras la paliza del sábado en la que el equipo se mostró completamente nervioso e inseguro, incluso en las situaciones a balón parado. «Peor no podía ser», reconoció el técnico Van Marwijk. «Pero no me voy corriendo. Me siento plenamente responsable».
Sin embargo, sus días podrían estar contados. Tanto el director deportivo del club, Oliver Kreuzer, como el presidente del Hamburgo, Carl Jarchow, lo respaldaron públicamente, pero la confianza podría tener un fin si aumenta la presión del Consejo de Vigilancia de la institución. Según el diario local Hamburger Abendblatt, algunos miembros del órgano de control del club se reunieron ya con el ex jugador, técnico y mánager Felix Magath, a quien ven como último salvavidas para evitar el naufragio a segunda en una doble función de entrenador y director deportivo.
El propio Magath dejó entrever en declaraciones a la emisora radial WDR 2 que estaría dispuesto a asumir el desafío. «Si alguien me ofreciese una función como esa, lo pensaría. Pero hasta ahora no ha ocurrido». La situación en la hinchada es explosiva. Los ultras, que se habían propuesto alentar al Hamburgo durante todo el partido contra el Hertha, perdieron la paciencia e increparon fuera del estadio a los futbolistas y al presidente.
«Millonarios de mierda», les gritaban. Hubo empujones con los jugadores, patadas a los coches de alta gama de los deportistas y alguna reyerta entre aficionados que acabó con dos detenidos y varios heridos.
La Voz de Galicia.
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