jueves, 10 de mayo de 2012

B NACIONAL: VIOLENCIA EN DESAMPARADOS


Lo que faltaba. El presente complicado de Sportivo Desamparados en la B Nacional que hoy por hoy lo tiene en descenso directo, se enrarece aún más con lo sucedido en la semana. El domingo y tras la derrota del Puyutano frente a Quilmes, la esposa del jugador referente y capitán, Hernán Lamberti, fue amenazada por los barras de Sportivo por lo que la mujer decidió volver a Buenos Aires y en las primeras horas de hoy viajaba rumbo a su nuevo destino. Por eso, el plantel tomó como medida, acudir a los lugares de entrenamientos en sus autos particulares y no asistiendo al club, como hasta la semana pasada.
La noticia no es nueva en Desamparados, ya que en los últimos meses habían sucedido hechos similares. El último fue hace algunas semanas, cuando el volante David Drocco tuvo un cruce con algunos barras que “visitaron” la institución reclamando por actitud, incluso esa vez se habló de amenazas con arma de fuego por parte del barrabrava. En esa ocasión el jugador no hizo una denuncia policial. Antes, también hubo reclamos, expresados primero en carteles puestos en las paredes del club, y después en pintadas hechas en los alrededores de la institución del Barrio Patricias Sanjuaninas, siempre con un pedido de actitud hacia el plantel y en algunos casos con amenazas de muerte.
Lo sucedido el domingo en la noche, parece sobrepasar los límites. La esposa del jugador se trasladaba con su hija en su vehículo particular, y fue interceptada en un semáforo por dos barras que se trasladaban en moto, que la amenazaron. El momento de desesperación y nerviosismo que sufrió la mujer fue tal, que decidió irse de San Juan y volver a Castelar para instalarse en Buenos Aires, mientras que Lamberti seguirá hasta el final, cumpliendo con su contrato.
El presente de Sportivo es bastante complicado y la relación con su gente parece haber tocado fondo. Quedó reflejado el domingo en el Estadio del Bicentenario, cuando el equipo de Arzubialde recibió el tercer gol de Quilmes y los hinchas explotaron. El enojo fue tal que golpearon las puertas e intentaron ingresar al campo de juego pero fueron contenidos por la policía.
Anoche, el plantel mantuvo una reunión, en el club, con la dirigencia para hablar sobre los hechos de violencia que están sucediendo y tratar de llevar tranquilidad. Para eso, la dirigencia pidió guardia policial para brindarle la seguridad al plantel. Los días por Desamparados no son tranquilos, un triunfo ayudaría a poner paños fríos.
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