domingo, 12 de septiembre de 2010

INTERNA EN LA BARRA BRAVA DE MERLO


Son buenos muchachos, pero ellos arreglan todo a los tiros". Textual de un hombre cercano a los dos jefes de la barrabrava de Deportivo Merlo, un club que no convoca a más de 1.500 hinchas por partido que vive con la amenaza latente en su popular por una disputa interna para manejarla. Esto no sería nada extraño dentro de nuestro fútbol, aunque lo particular tiene que ver con que los dos cabecillas son hermanos y están peleados a muerte, y no de forma literal precisamente. De un lado se encuentra Dante Salazar, de 32 años. Del otro aparece Matías, que cuenta con el apoyo incluso de otros dos hermanos, y sin tomar un intervención un quinto Salazar. Cómo será que los "muchachos" hacen caso omiso a la premisa de José Hernández en el Martín Fierro ("los hermanos sean unidos pues es esa la ley primera") que a fines de octubre del año pasado ligó dos balazos en un nuevo enfrentamiento, María Inés Díaz, madre del clan Salazar.
La disputa comenzó el 18 de marzo del año pasado. Jugaban Merlo y Morón, en la B Metropolitana. Había en el estadio cerca de 400 personas y 200 efectivos para el operativo porque se sabía que "algo podía pasar". Y así fue nomás...adentro estaba el sector liderado por Matías, apoyado por la gente del Parque San Martín, justamente donde está el Charro; afuera pugnando por ingresar los aliados de Dante, la mayoría del barrio peligroso Matera. Era el regreso de éste a la barra luego de estar preso dos años en la cárcel de máxima seguridad de Sierra Chica por ser acusado de matar a un chico de 17 años a puñaladas. Piedras, corridas, piñas y un par de balazos fueron el inventario del choque que derivó en que Merlo no jugará más en su estadio de local recién hasta la presente campaña, ya en la B Nacional.
Sin ganadores ni vencidos, Dante quiso liquidar la historia en su favor y en octubre del año pasado fue a buscar a su hermano a la casa familiar. No hubo cruces de palabras pero sí de pólvora, claro que Dante no quiso hacer lo que hizo: le pegó dos balazos a su madre, uno en el abdomen y otro en la mano, que de manera providencial salvó su vida. Desde entonces, los dos están en la mira de la policía y el COPROSEDE (Comité Provincial de Seguridad Deportiva).
"Ellos -cuenta Dante por su hermano Matías y sus seguidores- creen que esto es un club grande y quieren hacer su negocio. Esto es Merlo y yo lo único que quiero es venir a la cancha tranquilo. Pero si me buscan, los voy a correr. Y todos saben cómo lo hago...", contó el propio Dante sin ponerse colorado, en una muestra más de la impunidad con que se manejan estos personajes

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