Roberval perdió la titularidad hace cuatro partidos y tras el 0-2 en Florencio Varela ante Defensa, en lo que fue la peor actuación de San Martín en la temporada que incluso derivó en un amague de renuncia de Darío Franco. Justamente el DT lo ubicó desde ahí al brasileño entre los suplentes, hasta que ayer confirmó que será de la partida en un duelo clave pasado mañana en Concepción y ante Rosario Central. El moreno demostró su madurez a la hora de esperar su nueva oportunidad desde el arranque y en un mano a mano ayer con DIARIO DE CUYO reconoció porqué dejó de lado sus enojos por salir del equipo, tal cual le pasó en su anterior etapa en el Verdinegro y que incluso derivó en su partida a préstamo al Audax Italiano de Chile. A sus 25 años, ya casado y siendo padre, está claro que el nacido en Pernambuco hizo su metamorfosis.
-¿Qué cambió en vos para esperar tranquilo la chance de volver a jugar desde el arranque?
-Aprendí la lección, diría. Entendí que si no soy titular, no me tengo que pelear con todo el mundo. Que si le toca entrar a otro compañero, debo apoyarlo y no enojarme con el técnico porque salgo yo. Ese era el otro Roberval. Ahora pienso que tengo una familia, que no quiero que mis padres vean por internet en el diario que su hijo armó quilombo o se peleó con los compañeros. Acá esto es un grupo y todos debemos tirar para el mismo lado.
-¿Cuándo se dio tu salida del equipo lo hablaste con el técnico?
-No. Yo no pregunto cuando me ponen, ni tampoco cuando me sacan. Darío (por Franco) siempre me decía que estuviera tranquilo, que ya iba a tener la chance de nuevo. Supe esperar el momento, a diferencia de otras veces donde me enojaba con todos. Además, yo recordé que Darío me dijo cuando él vino que me iba a tener en cuenta, que dependía de mi rendimiento para jugar o no. Le estoy muy agradecido a él y a todos los que me apoyaron en los momentos duros, como los dirigentes, los compañeros y la gente que me quiere mucho.
Roberval terminó de forma abrupta su primer periodo en San Martín cuando Enrique Hrabina le dijo que no lo iba a tener en cuenta en julio del 2009. Pablo Marini, quien lo había dirigido en el 2008 en el Verdinegro, lo pidió para que reforzara al Audax Italiano de Chile. En los consejos del Pomelo es donde Roberval ve gran parte de los motivos de su cambio. "'Cuando llegué a Chile, Marini me preguntó que por qué me había peleado acá. Desde ese momento, me hizo un clic en la cabeza. Pablo siempre me aconsejó muy bien, me enseñó muchas cosas y yo siempre le voy a estar agradecido porque me sacó de un duro momento'', aseveró el delantero que suma tres goles en la temporada.
El cambio de Roberval se nota en el camarín, donde volvió a ser, como en sus primeros pasos en el club, uno de los más joviales. En los entrenamientos, pese a que a veces no formó parte ni para el equipo alternativo que paró Franco, agachó la cabeza y trabajó duro. Con la dirigencia sigue manteniendo un trato ideal, sobre todo con el vice, Roberto Petrignani, a quien considera como un segundo padre. El sábado volverá a ser titular, esperando que las cosas se le den a él y al equipo: "Es un partido hermoso para volver. Porque jugamos de locales por primera vez en el año, porque necesitamos ganar y porque es televisado. Ojalá le regalemos una victoria al hincha de San Martín'', cerró el moreno.
-¿Qué cambió en vos para esperar tranquilo la chance de volver a jugar desde el arranque?
-Aprendí la lección, diría. Entendí que si no soy titular, no me tengo que pelear con todo el mundo. Que si le toca entrar a otro compañero, debo apoyarlo y no enojarme con el técnico porque salgo yo. Ese era el otro Roberval. Ahora pienso que tengo una familia, que no quiero que mis padres vean por internet en el diario que su hijo armó quilombo o se peleó con los compañeros. Acá esto es un grupo y todos debemos tirar para el mismo lado.
-¿Cuándo se dio tu salida del equipo lo hablaste con el técnico?
-No. Yo no pregunto cuando me ponen, ni tampoco cuando me sacan. Darío (por Franco) siempre me decía que estuviera tranquilo, que ya iba a tener la chance de nuevo. Supe esperar el momento, a diferencia de otras veces donde me enojaba con todos. Además, yo recordé que Darío me dijo cuando él vino que me iba a tener en cuenta, que dependía de mi rendimiento para jugar o no. Le estoy muy agradecido a él y a todos los que me apoyaron en los momentos duros, como los dirigentes, los compañeros y la gente que me quiere mucho.
Roberval terminó de forma abrupta su primer periodo en San Martín cuando Enrique Hrabina le dijo que no lo iba a tener en cuenta en julio del 2009. Pablo Marini, quien lo había dirigido en el 2008 en el Verdinegro, lo pidió para que reforzara al Audax Italiano de Chile. En los consejos del Pomelo es donde Roberval ve gran parte de los motivos de su cambio. "'Cuando llegué a Chile, Marini me preguntó que por qué me había peleado acá. Desde ese momento, me hizo un clic en la cabeza. Pablo siempre me aconsejó muy bien, me enseñó muchas cosas y yo siempre le voy a estar agradecido porque me sacó de un duro momento'', aseveró el delantero que suma tres goles en la temporada.
El cambio de Roberval se nota en el camarín, donde volvió a ser, como en sus primeros pasos en el club, uno de los más joviales. En los entrenamientos, pese a que a veces no formó parte ni para el equipo alternativo que paró Franco, agachó la cabeza y trabajó duro. Con la dirigencia sigue manteniendo un trato ideal, sobre todo con el vice, Roberto Petrignani, a quien considera como un segundo padre. El sábado volverá a ser titular, esperando que las cosas se le den a él y al equipo: "Es un partido hermoso para volver. Porque jugamos de locales por primera vez en el año, porque necesitamos ganar y porque es televisado. Ojalá le regalemos una victoria al hincha de San Martín'', cerró el moreno.
Diario de Cuyo.
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