De estas historias, como la que contó esta mañana Felipe De la Riva, el técnico de Deportivo Merlo, en un jugoso diálogo en La Primera de Sol Sports (91.5), está plagado el fútbol del ascenso. Deportivo Merlo se afilió a la AFA cuando ascendió a la C en 1978. Y cuando De la Riva se hizo cargo del equipo, estando en la B Metropolitana, el plantel se encontraba más cerca del retorno a la C que del ascenso a la B Nacional, objetivo que consiguió con el actual entrenador, como también el de mantener la categoría el año pasado.
—¿Y ahora, Felipe?, ¿cambiaron las metas o todo sigue igual?
—¡Qué van a cambiar...! Nosotros sólo podemos aspirar a quedarnos en la B Nacional, a sacar 50 puntos y a esperar que dentro de tres o cuatro años se pueda soñar con otra cosa. Pero para eso tiene que darse una serie de circunstancias que hoy resultan imposibles.
—¿Ejemplo?
—Deportivo Merlo tiene el presupuesto más chico de la categoría y acá al fútbol del club lo manejan dos personas y yo. Ellos me dijeron: ‘Tenés 170.000 pesos por mes, arreglate’. Y bueno, tuve que salir a armar un plantel de 22 jugadores con ese presupuesto. Hay clubes que tienen sponsors importantes, que tienen ayuda del gobierno, que meten 20, 30 y hasta 40.000 personas en la cancha, como Rosario Central. Y nosotros, cada vez que abrimos la cancha para jugar de local, es para perder plata porque la recaudación no alcanza. Y con 170.000 pesos por mes tengo que salir a buscar jugadores que ganen 4 ó 5.000 pesos, jamás uno de 20 ó 25.000 pesos como tienen los otros clubes.
—¿Apuesta a las inferiores?
—¡Qué inferiores, si Merlo está último en todas las categorías...! No, no. Acá lo único es pelearla desde abajo y con lo que se tiene, sin aspirar a otra cosa que a quedarse en la categoría. Yo vivo en San Miguel y entrenamos en Ezeiza, así que tengo una hora y media de viaje, más o menos, para ir a las prácticas. Y esto pasa con muchos jugadores. Ésa es nuestra realidad.
—El otro día fue muy honesto cuando se refirió a la actuación del equipo ante Tiro Federal...
—Es que jugamos mal. No estamos pasando por un buen momento, paré un 4-3-1-2 y no me gustó. El año pasado jugamos con tres atrás, pero, si lo hago contra Unión, me va a ir mal. Tenemos que cambiar y ayudará el hecho de que vuelven jugadores que estaban lesionados y expulsados. Haré varios cambios para el sábado.—A propósito de Unión, estuvo el viernes en la cancha de Ferro viendo el partido. ¿Qué le pareció?
—Juega bien ese equipo, muy bien. Tiene un orden y un estilo de juego muy claro, me sorprendió. Será un rival difícil. Voy a ver cómo le juego, pero con tres atrás sería un suicidio.
—¿Por qué?
—Porque Unión tiene un solo delantero neto que es Quiroga, pero Montero es casi un wing por derecha y Rosales, en el primer tiempo, se movió mucho por izquierda. Además, tiene dos volantes centrales muy efectivos. Vidal es práctico y sólido, mientras que Pablo Pérez me parece un buen jugador.—Ferro paró un 4-4-1-1 y también le fue mal...
—Es que los sistemas no definen el estilo de un equipo. Se puede jugar con tres atrás y ser defensivo, o parar un 4-4-2 y ser ofensivo. Unión es un muy buen equipo, sabe lo que quiere y juega bien aunque no luzca. No recibió situaciones de gol y me sorprendió la velocidad con la que arrancaban cuando se paraban de contragolpe.
—¿Qué opina cuando ve que un equipo como Central incorpora jugadores de la categoría de Biglieri, Vismara, Rivarola o Jesús Méndez?
—¡Que espero que algún día me toque disfrutar de esa posibilidad...! ¡Ja, ja! Me motiva y me encanta que arreglen futbolistas de nombre. Cuando vamos a jugar a esas canchas y lo hacemos ante tanta gente, nos sorprendemos. Este plantel no está acostumbrado a eso, si antes jugaba ante Midland o Burzaco, con todo el respeto que esos clubes me merecen.
—¿Se están quejando mucho los técnicos de los equipos grandes por los arbitrajes? Se lo pregunto por Rivoira y Hrabina, que criticaron y mucho el fin de semana.
—De los árbitros no hablo. La única vez que me quejé fue de un solo árbitro y en dos partidos que, paradójicamente, ganamos. Fue con Montero y en los partidos con Independiente Rivadavia y Ferro. Es que les decía a los jugadores que eran unos “indios” y que nos teníamos que ir a la C. Eso no me gustó y no lo puedo tolerar. Pero, como fue en dos partidos que ganamos, habla a las claras de que no me quejo cuando perdemos. Sólo pido que me dirijan con justicia.
—En la temporada pasada conocimos la cancha de Armenio con ustedes y ahora llegará el turno de ir a su casa...
—Cuando lleguen, se darán cuenta de que somos un club humilde, muy humilde. Merlo es un municipio chiquito, alejado de la capital. Somos un club muy chico, que estaba último en la B Metropolitana y a punto de descender a la C cuando lo tomamos. Ahora estamos ahí, no muy lejos de los equipos de arriba, pero con un objetivo muy claro: llegar a 50 puntos y mantenernos donde estamos. Más no se puede.
*Info Tatengue.Ayer, hubo reunión de comisión directiva en Unión pero nada se habló del tema Ricardo Acosta, con relación a la falta de comunicación de su representante (Blasco) con la dirigencia tatengue y de las inasistencias del jugador a los entrenamientos.Es que, según pudo averiguar El Litoral, se produciría en las próximas horas un importante acercamiento de las partes y el futbolista revisaría su actitud para arreglar económicamente con el club, más allá de que su contrato tiene plazo de duración hasta junio del año que viene.“El pibe debe entender que su futuro y su bienestar económico lo conseguirá únicamente si juega”, confió esta mañana un allegado a la dirigencia, en el mismo tono de las declaraciones que hizo el vice Molina en la noche de Caballito.Respecto del primer partido como local del año —el de la segunda fecha de la segunda rueda, ante Chacarita— hoy se sabrá si va o no televisado.En cuanto al equipo para el sábado, de no mediar inconvenientes será el mismo que le ganó a Ferro. Hoy por la mañana, el plantel se entrenó bajo techo debido a las inclemencias del tiempo y se definía al cierre de nuestra edición el lugar de realización del segundo turno, en la tarde de hoy.
El Litoral.
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