Era la última oportunidad de poder lograr un triunfo y Desamparados lo logró, fue por 2 a 0 ante Aldosivi en lo que significo el primer triunfo como local en el año y también la primera vez para el técnico Héctor Arzubialde.
El encuentro siempre fue favorable para el víbora pero los nervios a la hora de definir, algo que siempre le costó en el torneo, se apoderaron del clima en el Gigante de Pocito. La propuesta ofensiva del técnico cordobés dio resultado y el score terminó con la justicia que el partido merecía, pero que por la ansiedad y la presión del momento que vive el Víbora recién llegó en los últimos 15 del complemento.
El primer tiempo fue todo del víbora si hasta jugó los mejores 45 minutos del año, desde el vamos se paró en la cancha para buscar el resultado con Artura creando juego y la presencia siempre inquietante de Cuevas y Ceballos que tuvieron ocasiones pero que no podían con el arquero Campodónico.
El quiebre del encuentro se dio con la expulsión infantil de Iván Furios, el Pelado le propino un golpe de puño a Ceballos y el árbitro Beligoy no dudo en mostrarle la roja. De ahí en más todo comenzó a tener un panorama de alivio pero los equipos se fueron al entretiempo sin sacarse ventaja.
El complemento era al todo o nada y Sportivo lo entendió así, con Gigena desde el vamos el Víbora intentó acorralar al Tiburón y lo logró, pero el gol del alivio no llegaba y comenzaba a sufrir con un par de contras que llevaron peligro pero que los delanteros Marplatenses desaprovecharon increíblemente.
A los 39 minutos con la desesperación como bandera, Desamparados logró la apertura del marcador y también la calma de los corazones en el Bicentenario. La bajó Reynoso, recién ingresaba, y cuando quiso rematar una mano clara impidió la definición. Penal que Lamberti cambió por gol y delirio lleno de ilusión.
Tras la conquista el Puyutano se aferró al gol y lo dejó venir a Aldosivi que entregó espacios, con terreno a su favor el segundo no llegó en caer, la inició Gigena y la organizó Oga para que tras el remate de Cuevas atajado por Campodónico el gato solo tenga que empujarla y correr a festejarlo como un campeonato.
Ganó el Víbora por primera vez en casa y enciende una pequeña luz de esperanza de mantener la categoría. Ahora viaja a Tucumán, ciudad donde logró el ascenso y donde buscará un nuevo milagro.
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