El pequeño poblado de Campo do Meio, en el estado de Maranhao, es, como muchos otros sitios del Brasil, una aldea donde se refugian y conviven miles de fanáticos del fútbol. Sin embargo, sus equipos no trascienden de las ligas regionales. Por éso, su aparición en los medios de tirada nacional es casi nula. Esta vez, la cosa cambió; no fue por un ascenso de categoría, ni por un enganche transferido a un club grande. Fue por un crimen.
Durante un partido de la liga rural, el árbitro Òtavio Jordao Da Silva, de 20 años,apuñaló a Josemir Santos Abreu (31), luego de ser insultado y pateado por mostrarle una tarjeta roja. Desesperados y cegados por la ira, amigos y familiares de Santos Abreu invadieron el terreno de juego; no sólo lincharon a Da Silva, sino que además lo descuartizaron y colgaron su cabeza en la tribuna.
Según informó la policía local, hay un detenido y se agregarían más, ya que otras tres personas fueron identificadas gracias a las imágenes que grabaron los teléfonos celulares de otros aficionados que presenciaban la dantesca escena. Entre estos últimos, estaría el hermano del futbolista.
Según informó la policía local, hay un detenido y se agregarían más, ya que otras tres personas fueron identificadas gracias a las imágenes que grabaron los teléfonos celulares de otros aficionados que presenciaban la dantesca escena. Entre estos últimos, estaría el hermano del futbolista.
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