Un solo cambio decidió Roldán para jugar de local: el regreso de Andrés Soriano, pero reemplazando a Pasquini, con lo cual el equipo se armó con 3 en el fondo, 4 en el medio, enganche (Sanabria) y dos delanteros, los mellizos. Y ya desde el principio se vio lo que ocurriría durante todo el partido. Atlanta prolijo, intentando jugar desde el fondo, y un Gimnasia de Jujuy tácticamente bien armado, dificultando cualquier llegada bohemia mucho antes de que esta progrese. Gabriel Sanabria tuvo la responsabilidad de jugar de enganche, y tuvo la intención de ponerse el equipo al hombro, pero la falta de experiencia conspiró contra sus posibilidades, y lo suyo sólo apareció con cuentagotas. Los intentos vía Mancinelli no progresaron tampoco porque Gómez armó una férrea marca a su alrededor, y así Lucas quedó aislado y con pocas posibilidades de llegada. El juego jujeño forzó a que Atlanta progrese más por izquierda, pero Resch no tuvo desborde posible. Con los mellizos en un bajo nivel, quien fue monopolizando la pelota fue Fernando Lorefice, pero varias veces terminó equivocándose en los pases. Gabriel López, entanto quedaba perdido y con poco juego. En 9’ Sanabria pudo armar una buena jugada, pero cuando tocó para Resch, este quedó en off-side. Gimnasia quiso avanzar aprovechando que Atlanta estaba ocupado tratando de llegar a Cavallotti. En 24’ fue Garrido que le pegó desviado, y en 27’ un doble toque habilitó a Ignacio Sanabria, el 3 visitante que le pegó, pero Pellegrino contuvo. En 35’ Atlanta tuvo la más clara, luego de un corner y rebote, cuando Quiles le pegó al arco de espaldas. La pelota se metía, pero Cavallotti alcanzó a desviarla al corner. Tres minutos después hubo una jugada dudosa en el área bohemia, donde Quiles pareció tocarla con su mano. El árbitro no lo sancionó. En 40’ Andrés Soriano manifestó un tirón en su pierna, y se fue reemplazado por Nicolás Ramírez. Así terminó la primera etapa, con la sensación de impotencia de Atlanta.
Se confiaba en que Roldán podría encontrar la vuelta en el vestuario, pero nada cambió mayormente. Iban 3’ cuando Ramírez logró ingresar al área con la pelota, pero su remate terminó desviado. Ramírez fue haciéndose cargo en muchas ocasiones de llevar la pelota, pero perdió en muchas de ellas. Sanabria siguió apareciendo solo con algunas pinceladas. En 10’ nuevamente Ramírez le pegó al arco pero contuvo Cavallotti. En 22’, en una de las más claras, Ramírez ejecutó bien un tiro libre, pero el arquero jujeño desvió en el ángulo al corner. Poco después Bielkiewicz ingresaba por Sanabria, y Ramírez se retrasaba un poco. Todo parecía seguir igual: la defensa bohemia (especialmente Milán) respondía muy bien ante los tibios intentos visitantes, y el armado defensivo jujeño no daba tregua. En 33’ Abel Soriano logró elevar sobre Cavallotti, pero lo hizo débilmente, y Díaz restó el peligro cuando cargaba Mancinelli. En 36’ Chitzoff probó de lejos, pero Pellegrino respondió bien, sacando al corner. En medio de la desesperación bohemia, en 42’ Martínez cabeceó desviado estando solo ante un centro de Galarza. Todo decía que se cerraba 0 a 0. Y así fue, pese a que en el tercer minuto de descuento, Guzmán (ingresado por Mancinelli) logró colarse por la derecha y poner un centro que encontró a Abel Soriano increiblemente solo, pero el cordobés no le pudo cambiar la dirección y cabeceó desviado. Fue el final, y una nueva frustración: Atlanta ganó en orden, y puede controlar mejor los partidos que le son adversos en los papeles, pero sigue teniendo enormes problemas para convertir, y por ende para ganar cuándo debe hacerlo. Solo quedan 8 fechas y el destino es incierto; seguimos dependiendo de nosotros mismos, pero cada vez debemos mirar más los resultados de nuestros rivales.
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