martes, 27 de marzo de 2012

En San Juan dicen: Paulo Dybala, el pibe maravilla


Si hasta la cara la tiene de niño. Flaco, rubión. Con pinta de jugador desfachatado. Con la número “9” en la espalda y con la fuerza física de estar siempre moviéndose. Por acá. Por allá. Por todos lados. Y, encima, cuando tiene la chance, la mete. Ayer, frente a Sportivo, se despachó con un “hat-trick”, como le dicen los europeos (y nosotros lo adoptamos) a los que meten tres goles en un partido. Es Paulo Dybala, el “pibe maravilla”. El delantero de Instituto de Córdoba que hoy por hoy en la Argentina está de moda. Tiene 18 años. Pero para jugar es un genio. Sin temor a las comparaciones, es algo así como “el Messi cordobés”. Es cierto que está a años luz del ídolo argentino del Barcelona pero por ahí hace cosas que son parecidas. No es un “9” de área. Anda por todos lados. Es hábil, inteligente y encarador. Organiza juego pero, cuando va para el área, no le tiembla nada. Y anota sin miramientos. Ayer, ya todos lo miraban antes que empiece el partido y a él le costó apenas un minuto para que lo terminaran de reconocer. El petiso Encina metió el primer pelotazo del partido y Dybala picó. Aguantó la marca, la dominó y, cando el arquero de Sportivo intentaba el achique, la bombeó al otro palo. Seis minutos después se encontró entrando al área. Esperó que algún compañero se arrimara -siempre aguantando la marca-, tocó, se la devolvieron y otra vez la mandó al fondo. Y a los 25’ llegó un centro de la izquierda y él, ahí sí en posición de “9” goleador, se anticipó y la desvió por abajo venciendo a Giordano. Siempre festejó de la misma manera. Esperando a sus compañeros para “trenzarse” bailando cuarteto. Es cordobés de alma. Nacido en las entrañas de La Gloria. Dicen que ya está vendido. A un empresario, que desembolsó casi cuatro millones de dólares. Seguro que cuando termine este Campeonato, el pibe terminará recalando en algún club de Europa. Al menos la Juventus de Italia ya está muy interesada. Pero debe haber otros que hasta pueden poner más plata. Después del partido, y con vocecita suave propia de su juventud, el “pibe maravilla” fue directo y humilde. Dijo: “Se nos dio rápido el partido. Ese gol al minuto mató a Desamparados. Ni qué hablar del segundo. Son cosas del fútbol. Tal vez sino hacíamos esos goles el partido era otro. Creo que supimos aprovechar los errores y después regulamos el juego. Ganamos y eso es lo que importa. Es lo que vinimos a buscar. Pero todavía falta. Es una categoría pareja y seguro que tendremos que luchar hasta el final si queremos ascender”.  http://www.diariodecuyo.com.ar/home/new_noticia.php?noticia_id=510765

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