lunes, 9 de abril de 2012

AT.TUCUMAN: JAIRO CASTILLO Entró por la puerta grande; se fue por la de atrás

Foto Ampliada
Ahora se hablará de errores, de culpas, de malas elecciones. Y todo eso recaerá sobre la espalda de un hombre que decidió irse de Atlético. Del afamado goleador Jairo Castillo, que pisó Tucumán con el deseo de convertirse en el romperedes de un "decano" protagonista de la conversación por uno de los ascensos a Primera.
Pero nada de eso sucedió. Todo lo contrario. Los de 25 de Mayo y Chile caminan por la cornisa de una pésima campaña este semestre, donde sólo les queda -por ahora- el consuelo de pelear en la Copa Argentina, y el artillero Colombiano decidió dar un paso al costado. Sí, se fue del club. Rescindió contrato ayer por la tarde y se desvinculó por completo. Sus flojas actuaciones, la poca paciencia del público para con su performance, y el casi nulo aporte de conquistas en redes contrarias formaron un combo demasiado pesado de digerir para el "cafetero", hoy vestido de villano de turno.
Ya el sábado apenas había deslizado un "no sale nada". Punto. Esa misma noche y durante la madrugada del domingo, Castillo terminó de asimilar su derrota personal y de tomar la iniciativa de despedirse por la puerta de atrás del club. Habló con el técnico y los dirigentes. Ellos aceptaron su pedido y, tras firmar ante un escribano la rescisión del contrato, Jairo estrechó manos y se dedicó a buscar un vuelo que lo aleje del "Jardín".
No hubo sumas siderales de dinero desplegadas, no. El jugador pidió cobrar hasta el día que trabajó. O sea, hasta el sábado. No quiso recibir (ni le ofrecieron) un peso más de lo que le correspondía por su labor. Bien. Nobleza obliga, el tipo se inmoló en pos de buscar algo de aire dentro de un plantel que anda a los porrazos, que pierde mucho más de lo que gana en un 2012 para el olvido. Si en la Copa Argentina no vence a Rafaela el jueves, por los octavos de final del certamen, la historia puede ser aún peor. Mucho peor.
Verdades
El primer indicio de la salida del colombiano apareció en la sesión de ayer en el complejo. No fue. Juan Manuel Llop primero charló más de media hora con sus jugadores, tiró orejas, retó y luego encaró una charla con LA GACETA. "Puede haber un principio de rescisión de contrato. Puede suceder, pero no estoy al tanto porque en este momento estoy trabajando", decía el DT antes de la confirmación de la noticia. "Chocho" no aprovechó el desangre de su ex pupilo, sino que lo defendió.
"No tiene la culpa. La gente le apuntó con todo a él, pero él no es el culpable de este momento. Es responsable, sí, pero como lo soy yo y lo somos todos", explicó el entrenador, quien luego sí confirmó que el adiós de Castillo fue motivado por el propio futbolista. "No está cómodo y no la pasa bien, me comentó... No es que lo defienda, pero él no es el culpable, somos todos culpables", insistió el técnico.
LA GACETA intentó hablar un Jairo sin fuerzas. "No voy a decir nada, gracias", se disculpó antes de subir al ascensor del hotel donde se aloja. Fue el peor final de una novela que parecía de amor.
 
 

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