sábado, 31 de diciembre de 2011

RIVER: SE VA EL PEOR AÑO DE SU HISTORIA

Al fin se terminan estos 12 meses que fueron más negros que los 18 años sin títulos. Buen momento para enterrar el descenso y brindar para pedir sólo un deseo: volver.Ya está. Listo. Andate 2011 y no vuelvas nunca más. Si en el túnel del museo está a oscuras ese tramo de 18 años sin vueltas olímpicas, cuando haya que representarte habrá que hacer un pozo bien profundo. Pero te vamos a esquivar, a ignorar, porque esto no puede ser cierto, no es digno de la historia riverplatense. Esta noche habrá que brindar, sí, para olvidar y para pedir por algo inédito: volver.Hay que mirar para adelante. Pensar en el amor de Cavenaghi y el Chori, los primeros en ponerle el pecho a ese puñal que se clavó en el corazón de todos. En los goles de Trezeguet que van a venir. En la entereza de Almeyda para animarse, creer y levantarse en el peor momento. En la promesa de Ocampos y de tantos pibes que vienen atrás. En ellos se sustenta la ilusión para que el Monumental vuelva a ser una fiesta de verdad, en la categoría que le corresponde, de donde nunca debió haberse ido.Sin embargo, la realidad le dio a River el peor cachetazo. Lo vapuleó desde el inicio de este 2011 maldito, odioso, sufrido, olvidable. Arrancaron las prácticas, Orteguita no apareció y entre Jota Jota y Passarella le pusieron el punto final. Enseguida apareció ¡Bordagaray!, las derrotas del verano, la lesión de Carrizo, las macanas de Chichizola, y las cuentas del promedio. Después salió el sol, Lamela coronaba un gol digno del Barcelona, el equipo llegaba a la punta, la gente pedía “para el Pelado, la Selección” y el técnico, pura humildad, decía que su River era un “dos estrellas y media”.Pero llegó el superclásico, la derrota, la bronca con Loustau, la guerra Passarella versus Grondona, las macanas ahora de Carrizo, la renuncia de Fillol y Funes Mori en liquidación por 200 pesos. Ahí se desmoronó todo. Promesas incumplidas de salvación, la calculadora con números rojos, el Monumental entero hinchando por Quilmes y el ¡suplente de Tombolini¡ siendo el héroe de Olimpo. A la Promoción. Sí. Increíble. Belgrano, la barra en la cancha, el Picante Pereyra, la mano de Román y las puteadas del Tano Pasman. La revancha en Núñez, el penal que Pezzotta no vio, la apretada de Los Borrachos, el descenso y el desastre. Lágrimas y caos. Todo junto después de tantos descalabros.A la distancia, era un final previsible que nadie quería creer. Pero pasó. De tripas, corazón, a mirar para adelante y salir. Con las canchas a puertas cerradas o con las tribunas que explotan. En Córdoba, Jujuy, Puerto Madryn, Corrientes o Núñez. Donde sea, River revoluciona el país. Por las dudas de que los golpes sean pocos, Boca Unidos, justo Boca Unidos, le gana un partido que ni mereció empatar. Pero, bueno, ya está. Ya se termina. Al 2011 le quedan horas nomás. Que el próximo sea el de la vuelta.Ole.

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