Terminaba la práctica en el complejo Ojo de Agua y otra vez el aroma de las empanadas preparadas por la madre de Sergio Lobo comenzaba superponerse con los trabajos de elongación de los jugadores de Atlético. Ninguna apuesta interna había sido perdida ni tampoco se estaba festejando un triunfo con esas delicias. El motivo era otro: el cumpleaños de Lucas Ischuk. La torta, seguramente, estaba en casa, pero mientras tanto, las artesanías de Patricia mataron el hambre de sus compañeros."¿Agasajarme con empanadas? ¡No! Si el que las compré fui yo. Acá tenemos la costumbre de que el que festeja su cumpleaños compra la comida para todos", aclara el arquero y pone en evidencia a sus colegas que lo acompañan en el campo de juego.El martes comenzó de una manera especial. Las visitas, los regalos y algunos saludos decoraron las horas previas al entrenamiento de ayer. "Empecé el día muy tranquilo, con la familia. Vinieron mis viejos desde Santa Fe a mi casa y casi todo el tiempo estuve con ellos", detalló el uno.En cuanto a los presentes, Ischuk reveló que antes del mediodía ya había recibido algunos obsequios, pero que confiaba que el número aumente con el correr de las horas. "Ya ligué un par de regalos por parte de mis viejos y seguramente cuando llegue a casa habrá otros", anticipó expectante.Entre sus deseos siempre está Atlético. El hecho de que sea su día, no es la excepción. "¿Si tuviera que pedir deseos? Siempre quiero lo mejor para Atlético. Eso lo pido todo los días, no sólo porque es mi cumpleaños. Ojalá que terminemos la temporada de la mejor manera y consigamos el objetivo que nos planteamos a principio de la temporada", concluyó.La Gaceta.
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