Finalmente, contrario a lo que se preveía, Darío Franco le renovó la confianza al equipo que cayó la semana pasada ante Independiente Rivadavia, con la salvedad de Darío Cajaravilla, quien padece un desgarro y fue reemplazado por Federico León para visitar, este sábado, desde las 14.10, a Huracán en Parque Patricios por la duodécima jornada de la Primera B Nacional, en uno de los encuentros televisados. El local presenta a Kudelka como flamante DT.
Esta variante, se presumía, que no sería la única. No obstante, en la práctica realizada este jueves por la mañana en el predio de Cadetes, Franco paró a los mismos que perdieron ante los mendocinos. Pero no fue un ensayo formal de fútbol, sino que el entrenador hizo hincapié en el funcionamiento, fomentando la rápida recuperación de la pelota.
Se trabajó 11 contra 11 y los habituales sustitutos formaron con esquema similar al que acostumbra el rival de mañana (4-4-1-1) más allá del cambio de técnico (dirigirá interinamente Apuzzo).
Los titulares fueron y serán Pablo Campodónico; Damián Martínez, Brian Flores, León y Leandro Aguirre; Carlos Rearte, Hernán Lamberti y Enrique Seccafién; Juan Imbert, Angel Vildozo e Ignacio Malcorra.
Enfrente estuvieron César Taborda; Sergio Modón, Facundo Nasif, Federico Gay y Marcelo Cardozo; Juan Pablo Gargiulo, Agustín Briones, Leonardo Baima y Javier Vatter; Fabricio Pedrozo; Federico Chiapello. En principio la presión se ejerció en la salida adversaria. Reiterativamente, sin quite de pelota. Luego se dio continuidad, para que la mayor exigencia sea de los mediocampistas. Todo esto pos de la rápida recuperación y el correcto reposicionamiento y los movimientos de relevos.
Costó en los primeros minutos aceitar y coordinar los movimientos. “Qué mañanita tenemos hoy…”, enfatizó Franco al respecto, pero a los pocos minutos se rectificó, aunque sin demasiados elogios, acorde a su nivel de exigencia.
Luego de 20 minutos, la pelota pasó a poder de los titulares, para protagonizar los avances. La insistencia del entrenador pasó por la precisión y, en su juego tan vertical, que quien reciba de espaldas tenga un apoyo, para realizar pases cortos y simples. Y también llevó su tiempo. Recién en esta parte hubo una conjunción real de todos los movimientos, como consecuencia de la continuidad que permitió el técnico.
Mucha movilidad de los volantes, proyecciones de los laterales y participación de los centrales. Pero, más allá de la búsqueda de los espacios y la coordinación, Franco se expresó molestó con el trato de la pelota. “No hay urgencia para llegar allá (arco rival)”, vociferó. “Parece que quieren perderla para correr a recuperarla. Por eso están cansados, por correr sin pelota”, regañó el cordobés.
De a poco se fueron acomodando. Hubo progresos. La precisión en el traslado generó posesiones más largas y a través de ellas, acciones con profundidad. Luego de unas cuantas posibilidades de gol, el ensayo finalizó con un pase hacia Vildozo, que rebotó con Lamberti, quien abrió el juego a la derecha para Martínez (Imbert se llevó la marca) y el posterior centro se convirtió en el tanto de Vildozo.
Fueron 35 minutos de intenso trabajo sobre todos los sectores del campo y los diferentes movimientos. “Arrancamos un desastre, pero terminamos bastante bien”, gritó el técnico a sus dirigidos.
PELOTA PARADA
Los ejecutores designados fueron Ignacio Malcorra y Enrique Seccafién. Se recorrió todo el frente de ataque. Se inició con tiros de esquina izquierdo hasta el derecho, con cinco paradas previas formando un semicírculo imaginario. Centro al área y también jugadas preparadas (2), sobre todo cuando la ejecución partió desde los costados. Tanto “Quique” como “Nacho” mostraron su buena pegada desde todos los ángulos, con envíos fuertes al corazón del área. En estas acciones, se mantuvo el 11 contra 11.
UNA VUELTA MÁS
Parecía finalizar la práctica, con centros recreativos entre todos los futbolistas. No obstante, Franco miró su reloj y decidió extender un poco más el entrenamiento, para ajustar conceptos y funcionamiento. “Quiero salida limpia y precisa”, subrayó. Campodónico, Flores, León y Lamberti, presionados por Vatter y Pedrozo; luego se sumó Rearte (para los titulares) y del otro lado Briones, y de a poco el resto. Fue progresivo. Los que debían salir ante la presión siempre fueron más que los “recuperadores”: 8 contra 4; hasta finalizar 8 ante 6. Este último ensayo dejó satisfecho al técnico, con lo que cerró el último entrenamiento en la ciudad.
El Atlántico.
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