Gimnasia apenas rescató un punto anoche ante Ferro Carril Oeste. Jugó mal en su estadio y el público lo despidió a puro silbido. Nunca encontró la vuelta para entrarle a un rival que armó un vallado de mitad de cancha hacia atrás y encima, en el complemento vía contragolpe, casi se llevó los tres puntos a Caballito.
El apagón de las torres de iluminación fue un mal presagio. Pero apenas comenzo el partido, Quiroga-de cabeza- habilitó a Bauman, quien solo frente al arco se comió un gol increíble. Iban apenas 12 segundos.
El encuentro no tuvo vuelo en ningún momento, mas allá de esta acción. Es que pareció que la pelota quemaba en los pies de los protagonistas. El triple "cinco", con Gabriel Busto más adelantado, no funcionó porque los dos puntas jamas tuvieron chance de inquietar al golero "verdolaga".
Además un zapatazo de fuera del área de Pérez hizo lucir a Lucas Hoyos.
Los minutos pasaron sin pena ni gloria hasta que finalizó la etapa inicial.
En el complemento, una equivocación de Franco Sosa a la salida estuvo cerca de terminar en festejo ajeno. La pelota "robada" por Jonatan Gómez fue a los pies del "Chiqui" Carranza, quien no estuvo fino para abrir la cuenta.
La unica aproximación con criterio de Gimnasia fue un centro de Dominguez, que el "Flaco" Quiroga no pudo conectar cuando estaba solo en el área chica.
Después el propio Dominguez cerro mal, Pérez llego hasta el fondo y otra vez Carranza asustó con un tiro cruzado. Y la última oportunidad clara fue un disparo del ingresado Correa que Hoyos desvió al corner.
El "lobo" hizo las cosas al revés y por eso el empate tiene que tomarlo como un premio, no como un castigo.
Eso si, su obligación es volver a las fuentes, a recuperar su imagen y sobre todo ganar en Jujuy, porque en caso contrario, el descenso seguirá metiendo miedo.
El Tribuno.
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