viernes, 10 de agosto de 2012

PRIMERA DIVISION: LANUS 0 NEWELL'S 1


Newell’s demostró esta noche que está maduro y le ganó 1-0 como visitante al aún muy verde Lanús de los mellizos Guillermo y Gustavo Barros Schelotto. El gol lo aportó Mauricio Sperduti a los 10 minutos del primer tiempo, tras recoger un centro hacia atrás del paraguayo Marcos Cáceres, quien picó vacío por la derecha y descompensó a la defensa granate.El equipo de Gerardo Martino continúa invicto ya que venía de empatar con Independiente 0-0, aunque en esa ocasión también mereció la victoria. En cambio, Lanús sufrió su segundo revés consecutivo, ya que en el debut lo superó Colón 1-0 en Santa Fe.
En el primer segmento la posesión de la pelota estuvo dividida. Por momentos Newell’s dominó hasta con comodidad y tranquilidad al anfitrión, abriendo la cancha y haciendo pesar la jerarquía de sus atacantes.
De todos modos, en gran parte de la etapa inicial Lanús tomó la iniciativa. Pero no supo sortear la presión de los rosarinos, que mordieron en todos los sectores del campo con la intención de obtener el segundo gol de contraataque.
El l0cal tuvo su chance más concreta a los 26 minutos, cuando el paraguayo Víctor Ayala ejecutó un tiro libre desde la derecha que Gonzalo Castillejos remató incómodo. Su intentó pasó cerca de un poste.
En el segundo período Newell’s se recostó directamente sobre la diferencia, Guillermo Barros Schelotto movió el banco de suplentes pero todo siguió igual: su elenco careció de claridad, no pesó el creativo Diego Valeri e individualmente el Granate padeció desempeños muy flojos.
Incluso, Maxi Rodríguez -que después salió lesionado por molestias en un tobillo y en una rodilla- pudo haber puesto el 2-0, pero su disparo resultadó desviado.
La expulsión de Leandro Díaz, quien puso peligrosamente un brazo al intentar cabecear y golpeó a Diego Mateo, a poco de ingresado, terminó por complicarle el panorama al anfitrión.
En definitiva, Newelll’s está en pleno crecimiento, mientras que el Lanús de los Mellizos con suerte se halla poniendo los cimientos de algo que por ahora no se vislumbra en la cancha.

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