BARCELONA, España.- Llegó como estrella y se fue estrellado. Tal vez esto dejó algunos rencores que, con la publicación de su biografía, saltaron como dagas envenenadas.
Zlatan Ibrahimovic, actual delantero de
Milan, no se guardó nada y le apuntó a
Josep Guardiola, entrenador de
Barcelona y cuasante de su salida con más pena que gloria.El sueco fue contratado por los "culés" en 2009 después de una brillante campaña en
Inter y a cambio de €46 millones más el pase del camerunés
Samuel Eto’o. Sin embargo, poco pudo hacer cuando "Pep" apostó por
Lionel Messi como centrodelantero y poco a poco fue perdiendo terreno hasta abandonar el club pegando un portazo, que ahora resuena aún más fuerte en Catalunya. "Le grité: ’No tienes huevos’, y probablemente peores cosas que esa, y luego le dije: ’Te cagas con Mourinho. Vete a tomar por el culo’. Me volví loco", es una de las frases más polémicas de
Jag är Zlatan Ibrahimovic (Yo soy Zlatan Ibrahimovic), el libro que saldrá a la venta en Europa durante la próxima semana.La anécdota se remonta a un partido clave para el desenlace de su tibio paso por Barcelona. Según el goleador, se lo dijo Guardiola después de jugar tan sólo cinco minutos ante Villarreal. Tras aquella noche, ya nada fue igual. "Estaba completamente loco. Si yo hubiese sido Guardiola, habría tenido mucho miedo", confesó.Otra de las cosas que le molestaban de su ex entrenador es el veto a los autos deportivos de lujo. Sucede que el DT le pide a sus jugadores que dejen en casa sus Ferrari y Porsche para manejar vehículos más terrenales aportados por una empresa que patrocina al club.Entre muchos de sus relatos también deja manifiestas sus diferencias con
Lionel Messi,
Andrés Iniesta y
Xavi, a quienes comparó con alumnos de la escuela ya que, según el sueco, el vestuario es demasiado silencioso y ellos acatan las órdenes sin discutir.Por último, el diario deportivo catalán "Sport" comenta un curioso capítulo que grafica cuán mal terminó Ibrahimovic su relación con Guardiola: "cuenta que llamó a sus viejos amigos del peligroso barrio de Rosengard en Malmo para pedirles consejo ante su delicada situación en el ’barça’. La respuesta fue tajante. "Algunos propusieron venir a España para romper algunas cosas. Fueron amables, pero seguramente no era la mejor solución", explica con un tono algo desafiante. (Especial)
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