Noche rara en el Kempes. Talleres no encontraba la vuelta al partido ante Alumni y una parte de la hinchada comenzó a cuestionar al equipo. Tanto que hasta llegaron silbidos nada menos que a Javier Villarreal.
"¿Escuchaste los silbidos?", le preguntó a "Villita" un periodista de la FM Radio Sucesos después del partido
"No me importan. Yo vine a dar la cara. Además, estoy medio sordo de este lado...", contestó el volante de Talleres. "No hay ningún problema. Vinimos a dar la cara y no me calienta nada. Es una situación muy difícil, pero estoy acá y voy a meter el pecho a lo que venga", agregó el jugador.
Para Villarreal, es lógica la ansiedad y eso se transmite. "Es una lucha que vamos a tener. Es una batalla. Pero estamos todos para el mismo lado... o no. No lo sé", explicó sobre las sensaciones que tuvo en el Kempes.
"No vengo a sólo a ganar partidos. Vengo a subir", dijo Villarreal, quien fue el último en dejar el vestuario. "No sé qué es jugar bien o jugar mal. Sé que hay que corregir muchas cosas, es un equipo nuevo y las ganas siempre están. Se ganó y este partido quedó atrás. Ahora, viene San Martín".
Para "Villa", la queja del público por una mala actuación no es nueva. "Me ha puteado muchas veces, en muchos lados. No me importa. Yo juego para Talleres y no me importa. Esto es largo y lo importante es ganar", respondió.
"La gente hace lo que quiere, es la decisión de ellos. Uno tiene bien en claro que el blanco perfecto somos los más grandes y yo soy el más grande. Voy a ir al frente. No me importa lo demás".
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