lunes, 17 de octubre de 2011
RECUERDOS: ZAIRE "EL EQUIPO COME MONOS"
África es una permanente promesa futbolística. Desde hace 25 años, los gurúes del fútbol avisan en tono de consejo: “El Mundial que viene es de algún equipo africano”.Por potencia física y velocidad, el día en que los habitantes del Continente Negro dominen la táctica y la técnica del fútbol, el resto del mundo deberá buscar otro deporte para reinar. Por suerte, todavía en estas tierras surgen aún los grandes talentos que alimentan la parafernalia del mundo de la redonda.Antes de que los africanos soñaran siquiera con el triunfo de Camerún ante Argentina en el Mundial 90 o con la medalla dorada de Nigeria en Atlanta 1996, otros países de ese continente participaron en el espectáculo mayor del fútbol: la Copa del Mundo.Luego de Egipto en 1934 y Marruecos en 1970, Zaire fue uno de los 16 participantes en Alemania 1974, por supuesto, el único del Continente Negro, y su paso por aquella competencia quedó grabado a fuego en la memoria de los futboleros.No fueron el juego atildado ni las grandes hazañas los que hicieron memorable la participación del seleccionado de ese país extinto (hoy es la República Democrática del Congo). Sino dos situaciones muy anormales que hoy parecen hasta risueñas. La primera de ellas sucedió segundos después de que el equipo tocara suelo alemán. Después de una Eliminatoria cargada de sospechas e intromisiones de su gobierno dictatorial, Zaire llegó al aeropuerto de Frankfurt para disputar el Mundial. Mientras los deportistas realizaban los trámites de rutina para recibir un avión desde la África subsahariana, los controles aduaneros empezaron a alborotarse luego de revisar las maletas de Los Leopardos, como se hacían llamar. Al confirmar lo que habían encontrado en los bolsos se citó al presidente de la delegación para que diera sus explicaciones. El hombre, que hablaba un inglés muy limitado, explicó a las autoridades: “El mono asado es un plato que nos deleita, y aquí no se consigue”. Era la explicación más coherente que se podía recibir luego de encontrar entre la ropa de los jugadores ni más ni menos que 20 monos muertos.Pero las andanzas de Los Leopardos no terminaron en el aeropuerto. Luego de caer decorosamente 0-2 ante Escocia, el técnico yugoslavo Blagoje Vidinic echó de la concentración a los brujos del plantel, que lo acusaron de querer favorecer a su país natal, futuro rival de Zaire, y lo maldijeron. La maldición resultó, porque los africanos cayeron 0-9. Pasada la polémica, el contrincante iba a ser nada menos que Brasil. Luego del papelón ante los balcánicos, el dictador zaireño Mobutu Sese Seko les envió un mensaje a los jugadores: “Nos dijeron que si perdíamos por más de 4 goles contra Brasil, que mejor nos quedáramos en Alemania”, confesó un jugador años después. La victoria brasileña fue por 3 a 0, pero el motivo de vergüenza para Los Leopardos fue otro.Los jugadores de Brasil se tomaban un tiempo para ejecutar un tiro libre, protestando por la posición de la barrera. Cuando el árbitro rumano Nicolae Rainea pitó su silbato para que la falta se ejecutara, el lateral africano Ilunga M’wepu salió de la barrera y despejó el balón. Todos quedaron sorprendidos e incrédulos, más aún ante la protesta del defensor, que creía que estaba en lo correcto. M’wepu estaba convencido de que el primero que llegaba a la pelota tras el silbatazo se hacía con la posesión de la misma. Por Juan Manuel Martinez.
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1 comentario:
ES CANEVER!!!! JAJAJA
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