Los jugadores de Independiente no ganan para susto. Las fechas pasan, las derrotas se suceden y parte de la barra brava no para de hacerse presente en las prácticas para “apretarlos”.Ayer, justo una semana después de la última visita, los hinchas volvieron a concurrir al Gargantini y, una vez concluida la práctica a puertas cerradas que dispuso Dillon, exigieron la presencia de los todos los futbolistas en el portón de ingreso para “dialogar” en muy malos términos.El primero en acercarse al lugar donde estaban los fanáticos fue Martín Gómez, quien luego de unos minutos fue a buscar al resto de sus compañeros. “¡Salgan del vestuario, venga a hablar c....!”, se escuchó en reiteradas oportunidades hasta que los jugadores salieron del vestuario y se acercaron al portón.La “conversación” fue prácticamente un monólogo de los individuos. Paulatinamente, fueron levantando el tono y las incriminación dieron lugar a las amenazas de ultimátum. “¡Si el domingo no ganan, los vamos a ir a buscar uno por uno!”, se oyó. El episodio no se extendió por espacio de más de cinco o siete minutos. Sucede que alguien se exacerbó más de la cuenta y le propinó un escupitajo a Cristian Fabbiani. El Ogro dio media vuelta y atinó a alejarse del grupo, pero del otro lado de la reja lo llamaron con insistencia y se quedó unos segundos más en el lugar. Claro que la reunión finalizó abruptamente cuando del otro lado de la reja mostraron algo que habría espantado a los futbolistas. Posteriormente, algunos rumores no confirmados indicaron que podría tratarse de un arma de fuego. De ser así, no dejaría de tratarse de un acto delictivo realizado con total impunidad. ¿Hasta cuándo habrá que soportar esto?
Los Andes.
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