miércoles, 1 de mayo de 2013

Bayern Munich bailó otra vez al Barcelona y clasificó a la final de la Champions


Un brillante ejercicio futbolístico en el Camp Nou, allí donde Bayern Munich tenía una deuda histórica, le permitió al equipo bávaro clasificarse a lo grande para su décima final de la Champions, que jugará ante Borussia Dortmund, tras imponerse por 3-0 ante un disminuido Barcelona que jugó sin Lionel Messi. Fue una paliza. Un duro golpe que puede anunciar el fin de un ciclo y que potencia la importancia de la Pulga dentro de la gestión azulgrana.
A modo de traspaso de poderes, el equipo de Jupp Heynckes dio una lección de fútbol. Acostumbrado a ofrecer exhibiciones en los últimos años, los de Vilanova vieron la otra cara de la moneda y cedieron ante el incontestable fútbol de un gran Bayern. La vida no es igual para el Barça sin Leo Messi. El día que estaba llamado a ser el gran protagonista, el mejor jugador del mundo se quedó en el banco aquejado de problemas físicos. Sin Messi, pero tampoco sin Sergio Busquets ni Alba ni Mascherano ni Puyol, a los blaugranas se le acumularon demasiados problemas desde antes de empezar el partido
Y Bayern no se conformó con mantener la calma y recordar la ventaja de la ida. Los alemanes estuvieron dispuestos a sacudirse de una vez por todas la maldición del Camp Nou, el agrio recuerdo de aquella final de la Champions de 1999 perdida ante Manchester United con dos goles sobre la hora. El Barça no era el Barça y Bayern parecía la mejor versión del Barça de siempre. Automatismos, intensidad, intención y gran coordinación entre las líneas. Heynckes construyó una obra de arte.
Un gol de Robben, en el minuto 48, fue el principio del fin. El local nunca se creyó en la posibilidad de remontar el partido y su alicaído fútbol fue el reflejo del estado de ánimo en el que se encontraba el equipo. En muchas ocasiones durante la presente temporada, especialmente durante la segunda parte de la misma, los catalanes habían dado la impresión de que Barcelona ya había jugado sus mejores partidos. Hoy fue la demostración, agotado y sin rumbo, la dependencia de Messi se ha demostrado determinante para la suerte de muchos de los partidos.
De un año para otro, Barcelona volvió a alcanzar las semifinales de la Champions, pero ahora cayó de la peor de las maneras por un parcial 7-0, el peor resultado recibido en una serie en la historia de las competiciones europeas, puesto que al gol de Robben se agregaron un tanto marcado en contra por Gerard Piqué en el minuto 72 y otro más por Thomas Muller en el 76.
La reflexión del Barça llegará seguramente después de asegurarse la Liga de España. Pero se impone una autocrítica, un análisis de la situación en un equipo que ha ido de más a menos y se le está haciendo muy larga la temporada.

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