Definitivamente, estos lares no suelen ser ‘buenos aires’ para Independiente Rivadavia. Cualquiera sea el rival y las circunstancias que rodean a cada enfrentamiento, a la Lepra le cuesta horrores llevarse puntos de Capital Federal. Y ayer lo volvió a sufrir. Con un equipo renovado (fueron titulares seis de las trece caras nuevas que llegaron para esta temporada), pero con escaso rodaje futbolístico y enormes limitaciones físicas para desempeñarse en un campo de juego maltrecho por la lluvia, Independiente se pareció más al que a duras penas salvó la categoría la temporada pasada en la Promoción frente a Defensores de Belgrano, que al que ilusionó a todos sus hinchas con los refuerzos que fueron cayendo uno tras otro al Parque. En cuatro ensayos al frente del equipo, Quique Hrabina no pudo hacer demasiado. Sin embargo, pareció apresurada la decisión del entrenador de apostar por algunos jugadores que no realizaron la pretemporada, que se sumaron hace pocos días y que todavía no estaban en plenitud física para ser titulares ayer en el debut ante la Fragata de Isidro Casanovas. Los casos de Leonardo Sánchez (reemplazante de Judelín Aveska) y Marcos Brítez Ojeda (sustituto de Gabriel Solís) sirven como ejemplo. Por aquella sencilla razón, a ambos les costó demasiado hacer pie. También al resto del equipo. Almirante, con un planteo súper sencillo, pero con la actitud que le imprime Blas Armando Giunta a sus equipos, lo fue erosionando de a poco. El penal de Sánchez sobre Melivillo (sin discusión) sirvió para que el partido se abriera. Pero antes, había sido Brown el protagonista y el dueño de las mejores situaciones de gol. ¿Independiente? Poco y nada. No se puede ganar un partido sin hilvanar una sola jugada de gol, por más que el campo haya estado en las condiciones que estuvo. De hecho, el primer remate al arco (desviado) fue un zurdazo de Diego Caballero que se fue por sobre el travesaño del arco de Gastón Losa. Para colmo, cuando Lima vio injustamente la tarjeta roja, Losa se lució ante el único remate con destino de red que tuvo Independiente en todo el partido. A espaldas de los volantes centrales, Pipi García hacía lo que quería. Y ni hablar cuando se tiraba sobre el sector derecho y se juntaba con Mauro Marrone. El segundo tiempo fue aburrido. Apenas hubo sendos remates desviados de Lázaro y Britez Ojeda que se fueron cerca. Tampoco el ingreso del Ogro Fabbiani asustó demasiado. En el área de enfrente, Nieva (un ex Lepra) usó la cabeza y selló un triunfo incuestionable.
Los Andes.
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