sábado, 20 de agosto de 2011

INDEPENDIENTE(R) 1 RIVER PLATE 3

Independiente ganaba 1-0 con el gol de Ferradas, pero River lo dio vuelta con un cabezazo del pibe Ocampos, un gol del Pelado Aguirre y lo liquidó con otro pelado: Carlos Sánchez. Los hinchas reventaron Mendoza. Y es puntero.Sin neutrales, con hinchas. Muchos hinchas. Esos que rompieron las reglas de la B Nacional, que llenaron el estadio Malvinas Argentinas, y demostraron a puro aliento que la fe mueva montañas. Como esas montañas de fondo, la escenografía mendocina, que se sacudió con el segundo triunfo al hilo de este River que acelera rumbo a la Primera. Sin muchas fantasías, con actitud. Sin un buen arranque, con mejor reacción. Sin el Pelado Almeyda en cancha, pero con otros Pelados que le rindieron a full. River se trajo un buen triunfo de Mendoza en un partido que se le presentó complicado pero que supo resolver con esfuerzo. La remó y sumó su segundo triunfo en su insólito paso por la B Nacional.¿Por qué debió remarla? Independiente asimiló la primera presión de River y encontró rápidamente el hueco que había entre la línea media y la defensa. Lázaro dio un aviso pero la mano de Chichizola y el travesaño se lo impidieron. Pero insistieron con la fórmula y Ferradas se aprovechó de las dudas para cerrar de la defensa y para salir a tapar del arquero.La reacción anímica y futbolística que pudiera mostrar River podía determinar la historia del partido. Y apareció. Con más actitud que juego en un primer momento, apareció. Abecasis, prolijo lateral, se fue una y mil veces hasta que un centro llegó perfecto. Más precisión tuvo el cabezazo de Ocampos para el empate.El partido comenzaba nuevamente y River le agregó control a sus ganas. Mientras Aguirre y Sánchez se adueñaban de la pelota, el Chori Domínguez le agregaba, en cuotas, claridad conceptual. Y entonces el dominio se transformó en gol. Es cierto, hubo mil rebotes, pero llegaron con mucha presencia al área y cerraron el primer tiempo con un 2-1.Era cantado que Independiente adelantaría líneas y presionaría en el inicio del segundo tiempo. River asimiló el momento y más allá de las dudas que generó Chichizola desde el arco, no sufrió más de la cuenta. Pasado ese furor y a pesar de que el Chori perdió fluidez, el equipo de Almeyda controló el partido. Vio un espacio para presionar, lo hizo y liquidó la historia. De Pelado a Pelado, River está bien arriba.Ole.

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