lunes, 1 de agosto de 2011

Le falta seguir repasando la materia

Historia repetida y de poca importancia dentro de este tintero: Atlético volvió a empatar en Catamarca y se fue perdedor por culpa de una floja faena en los penales. Punto, nada más interesa de esa situación. Historia nueva, poco repetida hasta ahora en este ciclo de Solari y muy digna de seguir de cerca: el "deca" se olvidó de reventar la pelota, supo manejarla atada a los pies de sus hombres y acertó en el toque corto, algo tan importante como lo es no perder la pelota. Ayer, el 11 titular cambió de ritmo; se lo vio aceitado, enfocado en sacudir a golpes el fresquete de una tarde ideal para estar en casa viendo TV y comiendo chocolates.El "decano" buscó hervir la sopa de goles con bastante astucia al inicio. No desesperó y marcó tendencia abusando de la trilogía Barrado-Fermani-Espínola, el motor de un equipo con intención de convertirse en un todo y no en un racimo de habilidosos. Sí, es verdad, costó un triunfo (que no fue) entrarle a los dos centrales de los uruguayos, por eso Barrado se animó a distancia y casi clava una colgadita de antología. Después hubo una de Martínez, otra de Barone, de Mosset, del propio Espínola y alguna de Gil sobre el ocaso. Sin embargo, antes de varias de esas acciones, Deivis sacó la papa del fuego tras una tapada de Ischuk a Figueredo. Hubiese sido el 1 a 0 de no ser por el grandote.Otro tema. Atlético tiene dos caras. Una, la del ataque. Salen escalonados por sectores sin descuidar la espalda del otro. Los defensores son tres y apuntalan a los de arriba. La otra, la de la defensa, muta a cuatro zagueros, cuatro volantes y dos puntas mixtos. Del éxito de ese formato dependerá la suerte y el futuro del plantel de acá en adelante.Ayer hubo destellos de un sueño bastante interesante propuesto por el "Indio". Falta seguir repasando la materia en casa, limar ciertas asperezas propias de la falta de conocimiento entre nuevos hermanos y mandar la pelota bajo los tres palos. Los goles encadenarán un destino prominente o seco como lengua de loro.La Gaceta.

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